A partir del 1 de enero del 2024, el escenario fiscal mexicano ha marcado un hito significativo en el sector de combustibles, con la evolución del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) sobre gasolinas y diésel. Este impuesto, determinado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ha experimentado cambios notables, afectando directamente a los consumidores y generando debates sobre su impacto en la economía.
A partir del 1 de enero de este año, cada litro de gasolina Magna conlleva un cargo de 6.18 pesos por concepto de IEPS, mientras que la gasolina Premium registra una cuota ligeramente superior de 6.79 pesos por litro. Simultáneamente, el diésel no queda exento, con un IEPS equivalente a 6.79 pesos por litro, según datos oficiales de la SHCP.
Este nuevo ajuste fiscal supone un incremento interanual del 4% en el valor monetario del IEPS, cifra que guarda similitud con la tasa de inflación registrada en el mismo periodo. Este fenómeno plantea interrogantes sobre la relación entre las políticas fiscales y la estabilidad económica, generando un diálogo esencial sobre la sostenibilidad y equidad en el acceso a los combustibles.
Al analizar la estructura del precio al consumidor, se revela que el IEPS, en combinación con el Impuesto al Valor Agregado (IVA), representa entre el 38 y el 40% del costo total de estos combustibles. Esta perspectiva invita a reflexionar sobre la carga tributaria que recae sobre los ciudadanos y su capacidad adquisitiva, así como el papel que juegan estos impuestos en la promoción de fuentes de energía más sostenibles.
En este contexto, la evolución del IEPS emerge como un factor crítico que va más allá de las cifras y se convierte en un componente esencial de las políticas energéticas del país. La transparencia en la comunicación de estas decisiones fiscales se vuelve crucial para fomentar la comprensión pública y estimular un debate informado sobre el rumbo que toma el país en el ámbito energético y económico.
A medida que avanzamos en este nuevo año, es imperativo seguir observando de cerca la evolución del IEPS sobre gasolinas y diésel, ya que estas dinámicas fiscales tienen un impacto tangible en la vida cotidiana de los ciudadanos y en la configuración del panorama económico del país.